miércoles, 22 de abril de 2015

sigue*

¡¡¡MOVIDO A ESTA PÁGINA!!!

9 comentarios:

  1. Dios. Tú sí que me has llenado la noche de hadas.

    ResponderEliminar
  2. No, si al final la odisea no fue encontrar a tu cachorro, ni que me lo llenases de cicatrices.
    Al final la odisea es que escribas por aquí más a menudo.
    Traficar con poesía, hoy en día, es como dar de beber a un adicto en tiempos de la Ley Seca, ¿no? Pues a ver, si nos das más a menudo de beber.
    Un placer volver a leerte.

    ResponderEliminar
  3. Que lindo es leerte entre líneas y sentirte entre el aire :)

    ResponderEliminar
  4. Llevabas un sombrero ocultando tus tímidos rizos,
    los cuales sólo se atrevían a salir tras los aplausos,
    una Heineken en la mano izquierda que te llevabas a la boca como colocando la guinda al final de cada poema,
    encontré “poesía” en tu piel pero lo que exhalaban tus palabras demostraba que también la llevas bajo ella,
    tiraste una hoja al suelo, de esos poemas que no vienen en la recopilación de recuerdos de culos, de mujeres con curvas y vasos,
    yo me estaba secando las lágrimas cuando escuché “viejo testarudo” por primera vez y en primera fila,
    joder como lloraba y me emocionaba al ver el brillo en tus ojos,
    como si creyeras realmente que por muchas veces que lo leyeras no te entumeciera los sentidos al recordar al navegante de cuatro mares,
    respiré profundo y observé una pausa en tus silencios,
    terminaste el poema y me pregunté porque me había ido un par de poemas antes para perderme otra cantidad de verdades inconfesables que tú llamas quimeras.
    Mi vestido coral comenzó a ahogarme y al grito de tu “aú, aú”,
    sentí una paz increíble y no se me borraba la sonrisa,
    había dejado todo el estrés acumulado en un pañuelo y sólo quedaba reír,
    te entró calor, acto seguido a mí también, porque lanzaste la camisa vaquera al cielo
    y me imaginé toda tu ropa esparcida por el suelo,
    fue tentador,
    el espectáculo terminó,
    fuiste un plan improvisado y acabaste con mis versos en tus labios,
    recuerdo que la noche concluyó con un “hasta luego, Pablo”,
    pero no temas, no hay nada que recordar, pasé como un transeúnte sin más,
    sólo que yo me paré a mirar.


    (Esto pasó en Murcia, el 25/4/15)

    ResponderEliminar
  5. Te regalo el poema que he escrito, sólo porque fuiste la musa.

    ResponderEliminar
  6. Maestro! Saludos desde Colombia. Eres un ejemplo.

    ResponderEliminar
  7. Maestro! Saludos desde Colombia. Eres un ejemplo.

    ResponderEliminar

Deja tu huella.